La impresión que da esta raza es la de un perro de gran tamaño, fuerte, vigoroso, muy valiente, de aspecto tosco pero al mismo tiempo majestuoso. La piel es abundante pero no adherente, formando en la cabeza una serie de pliegues muy marcados y presentando en el cuello una gran papada. Extremidades fuertes y potentes, bien aplomadas. El peso del Mastín napolitano puede llegar a los 70 kg. Las características de la cabeza son de fundamental importancia: cráneo ancho y , corto, hocico muy potente, corto y con fuerte dentadura, stop marcado y labios muy carnosos, orejas cortadas casi completamente, ojos ovalados, distanciados entre sí, presentando el conjunto una serie de arrugas y pliegues bien marcados. Cuello macizo y muy musculoso, con una papada abundante, bien dividida; pecho ancho con musculatura desarrollada; torax amplio y redondeado. La línea superior es sólida, las extremidades potentes. Otra característica del Mastín napolitano es su andar, contorneado y lento al paso y elástico al trote, cubriendo mucho terreno. Con frecuencia, cuando se mueve lentamente, el perro ambla, es decir, avanza simultáneamente las dos extremidades del mismo lado. Este es un andar que podemos definir como de "descanso", típico de algunos grandes mamíferos como elefantes y osos. La capa es densa, con pelo corto, uniforme sobre todo el cuerpo, vítreo al tacto. Sus colores son el negro, el plomo, el gris, el caoba, el leonado y el atigrado. Está admitida una estrella blanca en el pecho, siempre que no sea muy extensa.